El centro europeo de neurociencias CEN cuenta con un protocolo exclusivo de terapia intensiva en neurorehabilitación, desarrollado por sus profesionales, basándose en las mejores evidencias científicas disponibles y en su experiencia clínica e investigadora.

Dentro de este protocolo, el ejercicio aeróbico es una parte esencial, por distintas razones, pero una de las más importantes es su función de promotor de la neuroplasticidad para la recuperación motora.

El factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF en sus siglas en inglés “brain derived neurotrophic factor) es uno de los facilitadores clave de la neuroplasticidad, implicado en el aprendizaje motor y la recuperación después de una lesión cerebral.

La evidencia científica actual demuestra que el ejercicio aeróbico incrementa la producción de BDNF y consecuentemente favorece los procesos de aprendizaje y consolidación de la memoria.

En la anterior imagen vemos ejemplos de los efectos positivos, directos e indirectos, que el ejercicio tiene en el cerebro. Los efectos indirectos se refieren a la mejora general de la salud y reducción de los factores de riesgo periféricos que consecuentemente afectan a la salud cerebral. Los efectos directos se refieren a las influencias del ejercicio aeróbico sobre la señalización de caminos moleculares del propio cerebro, en relación con el factor neurotrófico derivado del cerebro, y otros neurotransmisores como dopamine y serotonina.

Cuando hablamos de salud cerebral nos referimos a una mejora de la función cognitiva (aprendizaje, memoria, atención), del estado de ánimo, del nivel de alerta, y una disminución de procesos neurodegenerativos por la edad o la inactividad.

El ejercicio aeróbico se puede utilizar por ejemplo como preparación de la rehabilitación motora. Realizar ejercicio aeróbico inmediatamente antes de la rehabilitación motora puede facilitar mejoras en la función motora aprovechándose de la capacidad aumentada de neuroplasticidad del cerebro mediada por el aumento de BDNF en el córtex cerebral, hipocampo, cerebelo y médula espinal.

En relación a nuestra experiencia clínica, hemos desarrollado durante los últimos años protocolos de terapia intensiva en donde el ejercicio aeróbico y de fuerza ha sido siempre una parte esencial, y lo hemos hecho con todo tipo de pacientes, desde aquellos que tenían afectaciones muy severas hasta otros con afectaciones leves. Las claves para poder realizar este tipo de entrenamiento con cualquier paciente son dos: conocimiento y medios materiales. Por ello, respecto a los medios materiales o recursos, contamos con modernos equipos, de alta calidad, que adaptamos a las necesidades y capacidades de cada paciente.

Por último, respecto a los valores y preferencias de nuestros pacientes, durante todos estos años nos hemos encontrado que el ejercicio aeróbico, adaptado a cada persona, es muy bien tolerado y nuestros pacientes se motivan tanto que en muchos casos el siguiente paso natural es la práctica en un gimnasio que esté cerca de su domicilio, en donde puedan seguir acudiendo después de terminar con su periodo de terapia intensiva en CEN. Nosotros les acompañamos a estos gimnasios y les enseñamos una rutina de ejercicios adaptada a sus necesidades y motivaciones, que puedan seguir realizando de forma autónoma o con mínima supervisión.

Este video de 5 minutos, titulado “Ejercicio y plasticidad cerebral (BDNF)”, resume de forma didáctica los efectos del ejercicio sobre el cerebro y los mecanismos de aprendizaje: https://www.dailymotion.com/video/xfnofn

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Referencias: Promoting neuroplasticity for motor rehabilitation after stroke: considering the effects of aerobic exercise and genetic variation on brain-derived neurotrophic factor (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23907078)